jueves, 16 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De lo que le sucedió a un hombre que compró un cupón a un desconocido

Un día estaba el conde sentado en el patio de su casa cuando vino un amigo que le dijo:
-Mira tengo un amigo que tiene un unicornio que dice que te le vende por 1000€ y tú cuando lo vendas en el mercado ganaras tres veces más.
El conde Lucanor le dijo que iba a hablar con su consejero Patronio que le contó el cuento del timo del tocomocho en el que un hombre que iba paseando tranquilamente por la calle se encontró con un hombre que le dijo que le vendía un cupón premiado de la ONCE por solo 800€ cuando el premio era de 1000€. El hombre le explicó que no podía cobrarlo porque se iba de viaje y para convencerle le enseño un periódico en el que salía que el cupón premiado era el que tenía el en la mano así que el hombre se lo compro por los 800€ que le pidió.
El hombre fue a cobrar el dinero pero le dijeron que el periódico era falso y que el cupón premiado no era ese.
-Así que conde,- dijo Patronio- nunca te fíes de esas personas que te quieren hacer ganar dinero sin esfuerzo porque si ese hombre sabe que es tan buen negocio que lo compre él.
Sandra San Abelardo Prieto (1ºESO)

miércoles, 15 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De lo que le ocurrió a la cigarra y a la hormiga

Un día el conde estaba sentado en el sillón de su habitación y decidió ir a darse un paseo por el castillo: vio a sus trabajadores y vio a uno que trabajaba mucho y a otro que no trabajaba nada y se dio cuenta de que no era justo que los dos cobrasen lo mismo solo que uno currándoselo bien y el otro no haciendo nada, entonces decidió contárselo a Patronio y el consejero dijo que le iba a contar una historia la de la cigarra y la hormiga :la cigarra cuando llegó el verano estaba cantando y disfrutando de la vida sin hacer nada mientras que la hormiga estaba venga a trabajar buscando comido para tenerla en invierno, llegó el invierno y la hormiga vivía bien estado caliente y con comida para todo el invierno ,mientras que la cigarra no tenía nada y tuvo que ir a pedir cobijo a la hormiga que había estado todo el verano trabajando. El conde dijo pues ya se a ese no le pagaré nada y al otro le daré extra. “Trabaja día a día, poco a poco y no lo dejes todo para el final porque te puede pillar el toro”
Alba Torres (1ºESO)

De valorar lo que uno puede conseguir en el momento

Patronio, tengo un problema, dijo Lucanor.
¿Qué pasa? preguntó Patronio.
Un amigo me ha dicho que me va a regalar una vaca, pero si espero unos meses la vaca podría tener una ternera y yo saldría ganando, dijo Lucanor.
Pues verás: érase una vez un rey que tenía un reino lleno de pobreza y tenía 10 monedas de oro para mejorar la situación. Un comerciante le ofreció comprar con ese dinero un rebaño de ovejas y en unos meses con el beneficio de la lana y de la leche tendría 10 veces más. Pasado un mes una oveja enfermó y todas las demás se contagiaron y murieron, quedándose sin dinero y empobreciendo más el reino, dijo Patronio.
Entonces el refrán es: más vale pájaro en mano que ciento volando, dijo Lucanor.
Así es Lucanor, dijo Patronio.
David Romero (1ºESO)

martes, 14 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De la importancia del presente

Un día Patronio vio que el conde estaba triste y le dijo: ¿Qué le pasa señor? Y el conde le dijo que estaba triste porque ya era muy mayor y pronto se iba a morir, Patronio le empezó a contar un cuento que era así:
Un día había un leñador que estaba cortando árboles y de repente empezó a pensar que ya era muy mayor, que no podía seguir trabajando porque se iba a morir sin casarse y sin tener hijos que le pudieran cuidar, siguió pensando en eso, y sin querer se cortó un dedo y tuvo que a hospital súper rápido, cuando llego le atendieron muy rápido, él pensaba que ya se iba a morir se puso a llorar, por allí pasaba una chica y cuando le vio llorar se acercó a él y le pregunto e le pasaba, entonces el leñador al verla dejo de llorar y se o comenzó a contar todo, cuando acabo la chica se empezó a reír diciéndole que no había que preocuparse por esas cosas que todavía no sabes que van a pasar, y la chica se fue, el leñador siguió pensando en las palabras de aquella chica, cuando llego a casa empezó a pensar que el futuro está muy lejos y que no hay que preocuparse por esas cosas
Moraleja: El presente es un regalo y el futuro una incógnita.
Ángela Calderón (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: De lo que le sucedió a un hombre rico con un mendigo

Ya hacía unos meses desde que Patronio se había ido a vivir a las afueras y había dejado de ser consejero de Lucanor. Aunque de cierto modo lo seguía siendo ya que, Lucanor no tenía consejero todavía y a veces le iba a visitar a su casa y le preguntaba algunas de sus dudas.
Un día el conde decidió hacer entrevistas a personas que pudiera hacer el trabajo que Patronio había dejado atrás. Aunque él sabía que nadie podría igualar a Patronio. Cuando llego el día de las entrevistas Lucanor estaba nervioso, pero a la vez melancólico por los tiempos que había pasado con su asesor. Ya que aunque al conde no le gustara admitirlo todavía no había superado la marcha de su consejero. 
No acudieron muchas personas a las entrevistas, concretamente solo fueron cuatro personas, tres hombres y una mujer. Cuando Lucanor vio a la gente que había ido a las entrevistas tuvo bastante claro a quién debería elegir. Porque: un hombre iba vestido con ropa llena de harapos y manchas de barro, como si hubiera dormido en la calle, otro iba tapado con un sombrero y no se le podía reconocer el rostro, también estaba todo el tato mirando el reloj como si tuviera prisa y tenía un aire sospechoso, después estaba la mujer que Lucanor al verla pensó que simplemente no sería apta para el trabajo. Y por último el otro hombre iba con un maletín como si fuera médico y por eso sería muy culto. Aunque Lucanor pensó que no necesitaría hacer entrevistas ya que tenía claro a quien escoger, invito a los candidatos a que se quedaran a dormir en su casa y por la mañana decidiría a quien escoger. Lucanor decidió visitar a Patronio para que le aconsejara en la elección. El conde le conto lo que tenía pensado hacer y de su situación con los candidatos, Patronio se alegró mucho al verlo y le dijo: - Conde, eso debe ser porque no conoce la historia de lo que le sucedió a un hombre rico con un mendigo. Había una vez un vagabundo que estaba mendigando cuando un hombre de vestimenta elegante se acercó a él y le empezó a insultar por su ropa, por su poco aseo y por la vida más mísera que llevaba. 
El mendigo le estuvo siguiendo hasta llegar a una casa bastante grande, pero aquel hombre ya no llevaba su ropa tan elegante, llevaba una camisa llena de agujeros sin remendar y unos pantalones que ya le quedaban muy pequeños y ni siquiera llevaba los zapatos de piel que solía llevar, ya que no llevaba zapatos, solamente llevaba unos calcetines sucios y rotos. El hombre estaba llamando al timbre de aquella casa y al otro lado le respondió un hombre muy enfadado, diciéndole que si no le devolvía el traje que se había llevado le despediría. El hombre supuestamente rico le rogo que por favor no lo hiciera y que había tenido algunos problemas a la hora de lavar el traje. También le digo que si le despedía no tendría con que comer y moriría. El mendigo que escucho toda la conversación se apiado del hombre del que había recibido cientos de burlas al pensar que ese hombre era igual de pobre que él, lo único que ese hombre no quería que hubiera gente como él mismo que al verle como era de verdad se burlase de él. Al siguiente día el hombre supuestamente rico volvió a burlarse del mendigo pero esta vez el vagabundo le interrumpió y le dio una moneda de las pocas que tenía en su lata y mientras se la daba le dijo que no todo es lo que parece ser. Lucanor sonrío al ver lo que Patronio le intentaba decir y al día siguiente Lucanor decidió hacer las entrevistas a los candidatos, porque aunque lo hubiera tenido bastante claro se dio cuenta de que las apariencias engañan.
“El león no es como lo pintan”
Belén Castro Ortega (1ºESO)

domingo, 12 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: El hombre sin personalidad

El Conde Lucanor estaba con unos amigos que intentaban pedirle algo, pero como estaba indeciso fue a hablar con Patrono:
Su consejero le dijo que le iba a contar un cuento.
-Había una vez un hombre que tenía muchas tierras pero que era muy ingenuo, así que era muy fácil de engañar.
Un día llegaron al pueblo unos picaros que se enteraron de lo que era ese hombre y fueron a visitare, le dijeron que si él les daba tres viñas, ellos le premiarían con un rebaño de fuertes bueyes. El hombre aceptó la oferta y ellos le dijeron que a la mañana siguiente los tendría a la puerta de su casa.
A la mañana siguiente tenía un 'puñado' de sucias y algunas enfermas cabras delante de su casa y el hombre se enteró de su error.
Eduardo Merino (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: La comida

Un día, el Conde Lucanor vio que tenía suficiente comida para ellos durante todo el invierno y al comentárselo a Patronio, este insistió en que debía comprar más porque nunca se sabía como venía el invierno. Así le contó la fabula de "La cigarra y la hormiga" de como la hormiga durante el verano acumuló comida para pasar el invierno y como la cigarra pasó todo ese mismo verano con la barriga al sol. Llegó el invierno y la cigarra no tenía comida y la hormiga compartió la suya con ella. El conde pensó que Patronio tenia razón.
"Hay que guardar por lo que pueda pasar"
 Roberto González Montes (1ºESO)

sábado, 11 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: Lo que le sucedió a un hombre con la amistad falsa

Amicus certus in re incerta cernitur. (Los verdaderos amigo se muestran en la necesidad)
Estaba un día el conde leyendo en su jardín cuando llegó una vieja amiga suya se llamaba Victoria y le pidió si podría pedirle consejo a Patronio, el conde apenado le contó que Patronio ya no estaba, pero aun así le pidió que le dijese que solicitaba. Victoria quería saber si debía perdonar a gente que le había fallado muchas veces. El conde le comentó que una noche que él le pedía varios consejos a Patronio, pues cuando se fuese los podría usar le contó una historia que podía servir, decía…
<< Un hombre siempre dijo ser muy afortunado por las amistades que tenía, tanto que incluso juró que jamás le dejarían. Pero sucedió que aquel hombre se quedó sin dinero y ya no podía pagar las rondas en la taberna de su grupo de amigos, tampoco podía comprar caballos ni grandes pieles que vestir. Se quedó incluso sin casa, en la calle. El día de Navidad el hombre fue como cada año a casa de uno de los amigos a celebrarla, pero al llamar a la puerta y sus amigos verle con aquellos ropajes andrajosos y sin vino dijeron que ese año no lo iban a celebrar con él y cuando él preguntó el motivo le dieron un recital de excusas. Pues los amigos verdaderos te aceptan en las buenas y en las malas, los falsos de excusas te llenarán la cara >>
Entonces pues Victoria, si te llenan de excusas y vas a salir escaldada no debes continuar, la amistad no es verdadera pero si la ayuda te prestan en los malos momentos debes estar muy contento. 
 Victoria Martín (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: De no fiarse de las apariencias

Un día Lucanor le dijo a Patronio: Una amiga mía me ha dicho que me va a vender un caballo ya utilizado por ella. Patrono le dijo: ¿Hace cuánto que se lo compró? Lucanor: Ayer. Ay joven Lucanor, le dijo Patronio. Érase una vez, una granjera que compró una tierra. La granjera se gastó todos sus ahorros. La tierra estaba en mal estado. Le dijo al hombre más rico del pueblo que se la vendía por el triple de dinero del que ella la compró ella. Moraleja: Las apariencias engañan
Víctor Martínez (1ºESO)

viernes, 10 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De lo que ocurrió a un rey avaricioso

Estaba el conde Lucanor en su despacho con un catálogo de juguetes mirando regalos para Navidad y poniendo un marcador en los regalos que él quería, Patronio que pasaba por ahí vio el catalogo lleno de marcadores y le dijo “Lucanor si te pides tantos juguetes no podrás jugar con todos” a lo que él respondió: “vale quitaré algún marcador”. Diez minutos después Patronio volvió a pasar por ahí le dijo lo mismo pero también le añadió una historia. Érase una vez un rey muy avaricioso que no dejaba que nadie tuviese un juguete si él no lo tenía, el rey tenía una máquina que le hacia nuevos juguetes cuando quería, pero tenía una condición que era que tenía que jugar con todos los juguetes, y claro llegó un momento en el que el rey ya no podía jugar con todos, y al final después de reflexionar dijo a todos los habitantes del pueblo que fueran al castillo y que cogiesen cada uno un regalo, y así es como el rey no volvió a ser avaricioso y todos estaban contentos porque tenían su juguete. Moraleja: si eres avaricioso no tendrás muchos amigos pero si compartes todos lo serán.
Javier Lacasa (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: De dar tiempo a cada cosa

El conde le contó a Patronio que había hecho una carrera con sus amigos. Él iba primero, se le desataron los cordones y por no perder tiempo en atárselos se tropezó, se cayó y perdió la carrera. Patronio le contó una historia de unos cocineros en una competición de tortillas de patata, en la que ganaba el que primero terminara y mejor la hiciera. Un cocinero, con las prisas, olvidó echar sal a la tortilla y la sacó de la sartén antes de tiempo porque quería ser el primero en terminar y así fue. Cuando el jurado probó la tortilla estaba sosa y cruda entonces fue eliminado.
El conde hizo una moraleja de la historia: “hay que dar tiempo al tiempo”.
Andrea González Flores (1ºESO)

jueves, 9 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De lo que sucedió a los griegos con Percy Jackson

El conde, vio a un grupo de personas que estaban culpando a otra, sin tener motivos.
Le contaron, que en la aldea vecina habían matado a un hombre, y que ellos creían que era él.
____¿Por qué creéis que ha sido él?_____ preguntó el conde 
_____Porque no nos cae bien_____ respondieron
Al enterarse se fue donde Patronio a preguntarle a ver si él le podía dar un consejo. Al escuchar Patronio lo que había ocurrido, él empezó a contarle una historia…
_____Era se una vez_____ empezó a contar Patronio____un semidiós llamado Percy , era el hijo de Poseidón, hermano de Zeus. Un día, como cualquier otro, estaban los dioses reunidos hablando de cosas importantes, y cuando Zeus fue a por el rayo y vio, que ya no estaba que se lo habían robado. Como Zeus se llevaba mal con su hermano pues culpó a su hijo, Percy, 
_____Percy es el ladrón del rayo____ dijo Zeus sin ninguna prueba para culparle_____ si no lo devuelve hoy antes de la 24:00 le mataré.
>>llegaron las 24:00, y Percy como él no lo tenía, no lo entregó.<<
Zeus al ver que no lo entregaría pues lo mató.
>>unos meses más tarde vieron que el rayo estaba en el bolsillo de su cazadora y se dieron cuenta de que Percy era inocente<<
Lo culpes a nadie sin antes tener pruebas de que ha sido él.
Pablo Boudón Pérez (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: De la paciencia y el acusar sin motivo

El conde Lucanór estaba dando vueltas nervioso por su casa y le dijo a Patronio:
-Lucanór: Sospecho que un vasallo mío me ha robado un caballo ¿Podrías darme algún consejo? 
-Patrónio: ¡Por supuesto! ¿Le he contado alguna vez la historia del hombre que acusó injústamente a un vasallo suyo? Es bastante corta. 
-Lucanór: No, cuéntemela por favor. 
Hace tiempo un hombre sospechaba que un vasallo suyo le robaba. Decidió cambiarle de trabajo. 
Más tarde los objetos robados aparecieron, y el hombre volvió a contrata a su vasallo, pero perdió el respeto de él y del resto de sus vasallos. 
-Lucanór-No ha parecido una historia muy inspiradora. 
Observaré cómo se desarrollan los acontecimientos. 
Más tarde, el caballo volvió a su redil y Lucanór-No aprendió una valiosa lección. 
"Si eres impaciente y no confías en tu gente te puede salir caro"
Gabriel Durántez (1ºESO)

miércoles, 8 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De un rey que se hizo pobre

Un día Lucanor le contó a Patronio que un amigo suyo le estaba pidiendo dinero todos los días. El amigo le decía que se lo iba a devolver y nunca lo hacía. Patonio como siempre le respondió con una historia. "Había una vez un rey con un amigo pobre que le pedía dinero. El rey confiado se lo daba, pero su amigo no se lo devolvía. Día tras día el amigo le pedía más dinero y el rey se lo daba. Llegó a un punto que el rey le daba 300, 500,...monedas de oro. Hasta que un día el rey se quedó sin nada de dinero. Fue a ver a su amigo que se había hecho rico. El rey dijo: -Amigo por favor dame dinero que yo por dártelo a ti me he quedado sin nada.
El amigo que se había vuelto avaricioso le dijo: -No, yo a ti no te conozco buen señor. ¡Guardias!
Moraleja: "No des dinero con desespero a tus amigos porque cuando vayas a recogerlo se convertirán en tus peores enemigos."
Matei Petru Bolborici (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: De lo que dicen unos de otros

Estaba Lucanor paseando por los jardines pensativo y vio a Patronio: - Venga, Patronio, venga 
-Si señor, ¿qué quiere?
-Es que hay un asunto que me lleva rondando na cabeza todo el día y me gustaría que opinase del asunto...
-En ese caso, dígame ¿cuál es el problema?
-Verá es que hoy he quedado con unos amigos y uno se ha puesto a insultar a otro que no estaba presente, y yo le quería decir que eso no estaba bien pero al final me he callado porque le tengo mucho respeto...
-Entiendo... Le contaré un cuento:
-Érase una vez un rey que no soportaba que cuchichearan sobre el pero luego él siempre decía cosas a espaldas de los demás. Un día un consejero suyo decidió decirle que eso no le parecía bien aun sabiendo que podía sufrir las consecuencias, al final el rey entro en razón y le dijo a su consejero que desde ese día sería su consejero real. 
¿Ha entendido el cuento?
-Sí. Y ahora mismo voy a ir a darle mi opinión.
La frase sería: Tu opinión debes decir si algo importante consideras que es.
Irene de las Heras (1º ESO)

martes, 7 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor: De los regalos que nos hacen

-Hola Patronio- dijo Lucanor. 
-Hola conde, ¿qué tal está?-. 
-Genial hoy es mi cumpleaños, pero tengo un problema, un amigo de la infancia me ha enviado un regalo pero no me ha gustado y no sé si decírselo.
Patronio le dijo: justo tengo una historia para contarle: <<hubo una vez un rey muy exigente, cada vez que algo no le gustaba lo decía, un día en su cumpleaños abrió sus regalos y cada vez que un regalo no le gustaba lo decía con muy mala cara. Cada año pasaba igual, cada vez iba teniendo menos amigos y cada vez iba menos gente a su cumpleaños y se sentía más solo hasta que un año no fue nadie a su cumpleaños y se arrepintió de no haber valorado esos regalos y haberlos despreciado. 
Moraleja:<<A caballo regalado, no le mires el dentado>>.
Señor, si valoras a ese amigo valora sentimentalmente el regalo.
Carmen García Junco (1ºESO)

Nuestro Conde Lucanor: Un hombre que quería ser dibujante de cielos

Otra vez, hablando el conde Lucanor con Patronio, su consejero, dijo le así:
Tengo miedo a intentar escribir un libro, mi madre dice que lo escriba porque soy muy buen escritor, pero yo no creo eso. Después de haberle explicado todo a Patronio le dijo lo que hacer en su caso.
-señor conde Lucanor-respondió Patronio-, ya sé que luego vos no sé si me ara caso pero yo le voy a contar una historia que le paso a un hombre con el trabajo de dibujante de cielos.
Un hombre que vivía en una torre del castillo, siempre que se levantaba de la cama iba directo al balcón a mirar el cielo de la mañana, bajaba a desayunar después de estar un buen rato viendo el cielo.
Cuando ya estaba a bajo sus padres le preguntaron en que quería trabajar, él les dijo que no sabía, pero porque tenía miedo a que sus padres, se riesen de él y no le dejasen trabajar lo que él quería, y si no le tocaría trabajar con su madre en la cocina de la taberna.
Ya en su alcoba, se pensó si decirles que quería ser dibujante de cielos, pero siguió sin atreverse. Y así estuvo mucho tiempo diciendo que no sabía.
Después de mucho tiempo, ya era el día de adjudicar un trabajo en el pueblo a cada hombre de diecinueve años.
Pensó que ese día sería el correcto, pero se equivocó, sus padres pensaron, que ya que él no les quería contar lo que él quería trabajar, le pusieron el trabajo de camarero en la taberna de su madre. Una vez ya puesto el trabajo ya no se podía hacer nada.
Triste y apenado se fue a casa a su alcoba, cuando llego se puso a pintar un cuadro del cielo que había en ese momento: azul como el mar, nubes rosadas muy amorosas. Al lado de ese marco dejo una nota diciéndole a sus padres todo lo que no les pudo decir en muchos días hablando. Cogió el cuadro que hizo él y, lo puso en el balcón junto con la nota, se subió al borde de la barandilla y se tiró.
A vos señor conde Lucanor le aconsejo que hagas lo que tú quieras, nadie puede incumbir en tu vida, ni en tus propias decisiones, procura hacer lo mejor para ti y después lo mejor para los demás. Yo te aconsejo que siempre lo intentes y que si no te sale esa vez vuélvelo a intentar. Cuando Patricia escribió este cuento lo mando poner en este trabajo, donde se encierra su moraleja:
Nunca pierdas la oportunidad de intentarlo, o pudiera ser demasiado tarde.
Patricia Fernández Alonso (1ºESO)

lunes, 6 de marzo de 2017

Nuestro Conde Lucanor

Los alumnos de 1ºESO de Maristas de Palencia se han aventurado a ecribir sus propios 'exemplos' al más puro estilo de Don Juan Manuel.
Espero que disfrutéis las primeras entradas.
¡Un saludo escritores!