viernes, 5 de mayo de 2017

Cuentos del faro: Un día de primavera

Un día de primavera mi padre decidió organizar una excursión como siempre a la naturaleza y que además nos sirviese para aprender algo. Pero todo se torció el día anterior cuando se apuntó mi primo. Mi primo se llama Sergio y tiene 17 años, debido a su edad está medio tonto por no decir tonto entero, pero lo peor de todo es que es del Atleti cuando todos los demás somos del Madrid. Para desgracia de mi padre el día anterior le regalaron un altavoz inalámbrico.
Por la mañana pronto fuimos a buscarlo y estuvo todo el viaje poniendo música en su altavoz, mi padre ya empezaba a echar humo por las orejas pero yo me lo estaba pasando bien. Legamos al bosque fósil de Verdeña y mi padre empezó a contarnos la historia del bosque que había sacado de internet. Pero no hicimos mucho caso de su explicación porque a pesar de que era primavera había mucha nieve y nos distrajimos mucho jugando con ella.
El día se fue complicando porque a pesar de ser primavera había mucha nieve. La nieve nos llegaba hasta las rodillas y no íbamos preparados porque llevábamos playeras, así que nos calamos todos los calcetines y los pantalones.
Pero fue todo a peor cuando fuimos a comer al embalse de Aguilar porque había un montón de procesionarias asquerosas. Las procesionarias son unos insectos que ponen sus huevos en las copas de los pinos y cuando eclosionan en forma de orugas peludas descienden al suelo para enterrarse debajo de la tierra para después convertirse en bichos voladores. Se llaman así porque para alimentarse forman una fila de cientos de ellas parecida a las procesiones de semana santa. Son peligrosas para niños y animales porque sus pelos dan alergia.
Así que entre todas ellas comimos y mi padre para vengarse del malicioso viaje que le dio mi primo por culpa del altavoz le contó todas las historias sobre lo peligroso que pueden ser las procesionarias y mi primo se asustó tanto que quería irse de allí cuanto antes, así que nos fuimos a ver la cueva de los franceses por pasar la tarde.
Nos gustó mucho pero hacía mucho frio dentro y había muchas zonas sin abrir. Como había tanta humedad y era tan oscura mi madre casi se cae de culo pero no pasó nada más importante. 
Al salir de la cueva de los franceses nos dirigimos al mirador de Valcabado. Mi primo y yo nos pusimos a hacer el bobo en el borde de la barandilla y mis padres juraron que si seguíamos haciendo el bobo nos tiraban por el precipicio, pero lo que yo realmente creo es que tenían vértigo.
Fue en ese momento cuando mi padre tuvo la oportunidad de lanzar el altavoz al vacío, pero no le dejamos.
Esa fue nuestra última visita del día y regresamos a Palencia.
Dejamos a mi primo y su altavoz en su casa y por fin mi padre pudo descansar, desde entonces no le ha vuelto a llevar a ninguna excursión más.
A pesar de todo me lo pasé muy bien, fue muy divertido cuando estuvimos jugando con la nieve, a mi lo de llevar el altavoz... no me pareció mala idea pero a los animalitos del bosque seguro que sí porque se asustarían de la música.
Pero lo peor de todo fueron las procesionarias… ANIMAL MÁS ASQUEROSO... EN LA VIDA
Sandra San Abelardo

jueves, 4 de mayo de 2017

Cuentos del faro: Un típico día de verano

Todo comenzó un típico día de verano en mi pueblo con mis amigas. Estábamos cerca del río donde vimos un libro en el agua, como nos pareció un poco extraño, bajamos. A ver de qué se trataba. Después de mucho tiempo intentando conseguirle le conseguimos. Subimos al puente justo encima del río y nos dimos cuenta de que solo personas muy especiales podían ver ese libro. Un escalofrío nos recorrió todo el cuerpo y empezamos a leerlo pero antes de que pudiéramos leer la primera página el libro nos absorbió. Al despertar estábamos en un bosque muy extraño porque no lo conocíamos. Al vernos unas a otras nos dimos cuenta de que también la ropa que llevábamos puesta no era la misma que antes y que cada una teníamos diferentes aspectos. Por ejemplo yo tenía el pelo negro con mechas moradas y una vestido también morado' Esther (una de mis amigas) tenía el pelo rubio y un vestido rojo, por último Maya llevaba un vestido azul y pelo también rubio con mechas azules. Al ver nuestros aspectos supimos que algo había pasado y que el libro tenía algo que ver. Decidimos que quien llevaría el libro sería Esther. Al decidir esto nos pusimos en marcha. Después de unas largas horas caminando llegamos a un castillo al que habían transformado en instituto, al vernos llegar todos ovacionaron a Esther, Maya pasó desapercibida y a mí la verdad me miraron y echaron a correr, y no sabía muy bien por qué. Conseguimos ver al director de la escuela y le contamos que todo había sido culpa de un libro. Nos dijo que le dejáramos a él el libro y así lo hicimos. Al bajar al patio vimos que había un montón de personas y nos decidimos sentar en una mesa con los que parecían los más majos pero al llegar solo cogieron a Esther y a Maya y se fueron pitando. Yo me senté en una mesa sola pero cuando se acabó el recreo Esther y Maya me contaron todo lo que les habían dicho. Como por ejemplo que estábamos en Ever Inster High una escuela para todos lps hijos e hijas de los personajes de cuentos más famosos. Al escuchar una parte que se referían a mí no pude no gritar un grandioso ¿QUÉ?
Creían que era una estudiante llamada Riviene Bud la estudiante hija de Maléfica, que Esther era la hija de Blancanieves y Maya era la hija del príncipe azul. Me parecía ridículo. El director nos había dicho a las clases a las que teníamos que ir, a míe tocó ir a hechizos malevolos, a Estjer y a Maya a Princesología. Me tocó ir a esa clase sola pero allí descubrí muchas cosas nuevas como por ejemplo como usar tu poderes para provocar el mal, solo había un problema... ¡Que yo no quería hacer el mal! Al salir de esa clase me reuní con Esther y con Maya para ir a la cafetería allí hablamos y me comentaron que era el mejor lugar en el que habían estado antes y que no querían volver por nada del mundo a la vida real. Al saber eso no quería decirlas que a lo mejor no podíamos volver y nos quedaríamls para siempre en aquel lugar para no darlas más ánimos de que se podrían quedar allí. Fui a hablar con los que me iba a sentar para comer y creedme que estoy muy enfadada, al verme llegar empezaron a cuchichear y les pregunte unas cosas solo una tuvo el valor de contestarme y esa era Ariadna Piper la hija de Aurora,me dio un poco de corte pregunatrla sabiendo que creía que era la hija de Maléfica, entonces vinieron otras personas, a la única que pude reconocer era a la hija de Caperucita Roja porque llevaba la capa y me defendieron lo cual vi un poco extraño ya que todos los demás me tenían "miedo".
Me lo contaron todo acerca de Ever Inster High,pero me sobresalté cuamdo me contaron que había un libro muy poderoso, ellos me lo describieron con pelos y señales y les pregunté porque era tan especial ellos me contestaron que si la hija de la villana más poderosa (o sea yo) lo tocaba podía ser el final de todis los cuentos y sus historias como ellos desaparecerían para siempre. Y también que Maléfica lo había intentado robar hace mucho tiempo pero según el director fracasó en el intento.
Al informarme bien de todo lo que pasaba decidí ir a contárselo a Maya y a Esther, pero ¡Ya lo sabían! Las contesté de muy maña manera pero me fastidió que no lo hubiesen contado. Por la noche quedamos en ir a por el libro, las estaba esperando en la puerta dle despacho del director cuando vi que venían con Ariadna y con Maddie (Hija de Cruella de Vil) me molestó un poco pero comprendí que sino no lo conseguiríamos. Al irse el director buscamos el libro pero nadie le encontró porque quien lo hizo fui yo. No resití la tentación de tocarle así que lo hice, pero en vez de destruirse del salió Maléfica, todas nos quedamos paralizadas sobretodo Ariadna. Maléfica me dio las gracias llamándome "hija”, también amenazó a Ariadna, al darse la vuelta para irse se dio cuenta de que tenía el libro en sus narices y le hizo desparecer. Al llegar al patio tocó el suelo e hizo que Ever Inster High flotara en el aire, todos se levantaron de sus camas y bajaron a ver qué pasaba pero se quedaron paralizados al ver a Maléfica allí. Nosotras bajamos corriendo, peor yo sentía una gran necesidad de arreglar lo que había hecho así que me acerqué a mi "madre" y la dije que me reuniría con ella si me devolvía el libro solo que no funcionó, ella me dijo que solo alguien se le podría arrebatar pero ni ella sabía quién era. El cielo se nublo y mientras que yo estaba con Maléfica mis amigas estaban preparando un plan.
Cuando empezaron el plan yo no sabía muy bien que hacer hasta que lo adiviné por mí misma, mientras Maléfica luchaba había dejado el libro solo así que le cojí temblando pero cuando vi que nadie salía me armé de valor, le abrí por el cuento de la Bella Durmiente, me abalancé sobre ella y el libro la atrapó de nuevo.
Cuando todo quedó solucionado, el director nos dijo como volver a casa lo cual significaba que nos tendríamos que despedir y al hacerlo Ariadna vino y nos dio el libro dejamos que nos absorbiera y llegamos de nuevo donde había comenzado toda nuestra aventura. Acordamos que yo me quedará el libro y después de todo esto nuestras vidas ya no serían las mismas y encima no se lo podíamos contar a nadie. Bueno esto es lo que conlleva vivir estas aventuras ¿No?
Continuará...
Gemma Pelaz Montero 

Cuentos del faro: Cinco chavales

Érase una vez 5 chavales Jorge, Alex, Carru, Matei y Omar. Esos chavales estaban un día en la nieve, más concretamente en los Himalayas. Bueno y os preguntaréis qué hacíamos allí a y si soy uno de los chavales Jorge. Bueno pues allí estábamos, en una excursión del colegio y si esta vez los Maristas no racanearon con el precio, y nos dieron un gran excursión que nos habíamos merecido. Haber, precisamente el hotel no es que fuera la caña sino que más bien era normalito o malo, también Carru se intentó llevar un cabra al hotel y la tuvo allí varios días, pero lo que no se puede no se puede y hubo que soltarla al campo. Bueno pues el primer día cogimos el avión que fue una tortura porque había el típico niño que da patadas al asiento y sino es porque me sujetaron le soltaba tal galleta que lo dejaba pegado a la pared. Después del infierno volador llegamos a Nepal, y después unos taxis nos recogieron en la puerta del aeropuerto dispuestos a llevarnos al hotel. La travesía fue una hora de horrores baches, trafico, un montón de ganado pasando por delante, muchas partidas al Clash Royale y muchos datos que volaron como pájaros. Al llegar al hotel había un vagabundo al que le faltaban tres dientes y estaba buscando en la basura del hotel y ahí es cuando me di cuenta de que sí que había racaneado el precio del viaje. Pero para lo que yo y mis amigos íbamos a estar dentro daba igual. Ese día comimos un poco de arroz, una coca cola y fruta, eso era lo que había en el menú pero menos mal que me había traído dinero y me compre un pastelillo para compensar y ese día hicimos poco más que eso que era beber, jugar al móvil y tirar a dar a una diana con unas botellas de cristal. Al día siguiente conocimos la capital de Nepal, que es Kathmandu, ese día lo que hicimos fue primero buscar alcohol, después escuchar música de Nepal directamente de los nepalíes, después fumamos cigarros de allí y comimos un Dhal Bhaat lo mismo que unas lentejas con arroz y muchas verduras y carnes de muchos tipos. Justo después de eso cogimos un taxi hasta una ciudad lejana, que nos ofrecía un gran lago en el que nos bañamos de noche y desnudos. Al día siguiente fuimos a un parque nacional en el que montamos elefantes y estuvimos viendo flora y fauna todo el día, pero también hubo momentos graciosos como que Carru casi se pincha un tranquilizante o que un tigre casi me come o que también nos pusimos pedo. Y llegó el día más esperado el día de ir a los Himalayas, y nosotros que íbamos un poco pedo y fumados se nos ocurrió la brillante idea de buscar al yeti. Nos tiramos un largo rato en el que por lo menos cuatro veces cada uno se cae rodando por la montaña, hasta que divisamos una cueva a lo lejos y fuimos tan listos que entramos. Imagínate de portada 5 borrachos son mutilados por un oso en una cueva, pero eso no paso, sino que nos encontramos al verdadero Yeti que nos invitó a tomar el té. Cosa que nosotros aceptamos inmediatamente, y bueno pues estuvimos un buen rato hablando con el yeti y  de repente, nos despertamos en un hospital y nos dicen que íbamos tan borrachos y fumados que habíamos alucinado con el Yeti, y que si no llega a ser porque un guía nos encontró nos hubiéramos quedado allí congelados.
Jorge Rey

Cuentos del faro: Navalguijo

En el Campamento de Navalguijo que organizó el colegio nos lo pasamos muy bien y hubo muchas cosas dignas de recordar pero una que me hizo especial ilusión fue cuando fuimos al río y había un islote en medio.
La inmensa mayoría fue nadando al islote o se había quedado hablando, una vez que habíamos llegado empezamos a hacer carreras de ida y de vuelta ,cosa que molo bastante y luego nos tiramos desde un trampolín natural que había.
¡¡¡Fue una pasada!!!
Eduardo Merino

miércoles, 3 de mayo de 2017

Cuentos del faro: En mi pueblo

El verano pasado yo viaje a mi pueblo, y la verdad no me apetecía mucho porque siempre que iba me aburría, pero ese verano fue distinto…
Cuando llegué allí todo era normal, le di un beso a mis abuelos como de costumbre y ordené la ropa que había llevado. Cuando acabé de hacer todo lo anterior fui a dar una vuelta, y para mi sorpresa había una chica nueva, se llamaba Lupita. Decidí estar con ella y me contó cosas muy divertidas de su familia, fue muy interesante aquella tarde. Por la noche fui a buscarla a su casa para ver si quería jugar al escondite en la plaza, también venían mi primo y mi amiga Bea. Resulta que me dijo que vivía en el Barrio Viejo, pero el número 45 ya no lo habitaba nadie. Así que nos fuimos un poco extrañados y, a decir verdad con algo de miedo no solo porque la casa no la habitase nadie, sino porque el Barrio Viejo quedaba a las afueras del pueblo y la verdad no nos sentíamos a gusto los tres allí solos. 
Pasaron un par de horas y vimos aparecer a Lupita, obviamente le preguntamos por qué la dirección que nos dio era incorrecta y nos dijo que no era incorrecta que ella vivía allí. Por no discutir y viendo que se acercaban las 12:00 de la noche y no tendríamos que ir jugamos sin más.
Al irnos fui hablando con Bea y a las dos nos parecía una chica muy maja y agradable.
Al día siguiente, por la tarde fuimos a bañarnos al río mi madre, Bea y yo. Aproveché para preguntar a mi madre si sabía quién vivía en el 45 del Barrio Viejo y nos contó que allí hoy por hoy no vivía nadie, pero que antaño vivió un señor muy desagradable, dijo que se llamaba Laureano, y que no le gustaba que nadie se acercase ni a él ni a su hija. Bea y yo nos quedamos completamente paralizadas al oír eso y le pregunté a mi madre si sabía por casualidad como se llamaba aquella chica. Me dijo que no la conoció mucho pero que creía que se llamaba Lupi. Ahí sí que nos quedamos completamente paralizadas.
Esa noche mi primo, Bea y yo nos armamos de valor y fuimos a buscar a Lupita, Lupi o como se llamase. Una vez más no había nadie allí y nos tuvimos que dar la vuelta, en ese mismo momento cayó un rayo muy fuerte y se vio en el suelo un pequeño colgante con la forma de mitad de corazón, como el mío y los junté, si eso hice. Entonces aparecimos en casa de Lupita y pudimos ver a Laureano. Le echó la bronca a su hija porque alguien la había visto, la había visto como…
-Victoria, hija despierta has dormido todo el viaje
Victoria Martin

Cuentos del faro: Tui un campamento inolvidable

El primer día llegamos al recinto tras un largo viaje agotador nada más llegar cogimos nuestras maletas y subimos a las habitaciones que eran bastante grandes. Cuando ya estábamos instalados nos explicaron un poco las normas; los trabajos que teníamos que hacer, el recinto donde íbamos a estar … Luego fuimos a la piscina donde nos lo pasamos genial  y sobretodo hicimos mucho nuevos amigos muy majos.
Ya llegó la hora de la cena y todos teníamos mucha hambre, entramos al comedor donde nos sentamos con gente nueva y nos conocimos un poco más. Después de la cena nos dieron tiempo libre y hay empezó el primer partidillo de futbol, a continuación  hicimos un juego nocturno muy divertido llamado sardinas enlatadas en el que no encontrábamos al niño que se escondió y tuvieron que ir los monitores a buscarle.
Pasaban los días y los monitores cada vez nos sorprendían más con nuevas actividades, talleres o con yincanas por el pueblo.  En una yincana por el pueblo teníamos que hacer diferentes retos que nos mandaba u monitor como por ejemplo pedir que nos hagan un huevo frito o hacerse una foto con una persona disfrazada de princesa. Por fin llego el día de hacer descenso en canoa, todos estábamos entusiasmadísimos porque hicimos una ruta muy bonita y sobretodo espectacular viendo que estabas en una orilla del rio y que tenías que cruzar al otro lado. (Fue sin duda alguna lo que más me gusto del campamento).
El antepenúltimo día fuimos a Portugal capital en la que fuimos a visitar unas cuantas cosas, pero también nos dejaron ir de compras y estar por las calles de Portugal libremente ( con límites marcados ). Cuando tras una larguísima y calidísima caminata llegamos al albergue y directamente nos tiramos todos de cabeza a la piscina.
Ya el campamento llegaba a su fin pero aún quedaban los dos últimos días más intensos. El penúltimo día teníamos una ruta con pistas por todo el pueblo de Tui para al final descifrar un mensaje oculto. Después nos fuimos a la piscina como todos o casi todos los días, pero ese día nos dejaron hinchables y balones, un balón le colamos por culpa del viento que hacía. Llego la hora de cenar, los monitores  nos dieron una sorpresa y era que íbamos a cenar en unas mesas que había fuera del albergue al aire libre, ese día hicimos un juego nocturno como siempre y luego nos fuimos antes a dormir porque mañana iba a ser un día duro .
Llego el último día nos levantamos, hicimos la maleta metimos el saco en la bolsa y bajamos a desayunar, al terminar hicimos una limpieza general de todo el albergue, cuando el albergue ya estaba limpió cantamos por última vez el himno y llegaba la peor parte del campamento despedirnos de toda la gente, de todos los amigos que habíamos hecho pero al final llego el momento de meter nuestras maletas en el autobús e irnos.
En el autobús hablamos del campamento y cada vez que parábamos un gran grupo de personas de bajaban y así hasta que quedamos de bajar Burgos y Palencia. Cuando llegamos nos dio mucha pena despedirnos, pero estábamos contentos de haber llegado ya para descansar, porque fue un campamento inolvidable.
Javier Lacasa

martes, 2 de mayo de 2017

Cuentos del faro: Mis vacaciones en Irlanda

La historia empieza porque mis padres me dieron la oportunidad de irme de intercambio a un pueblo de Irlanda durante las vacaciones de verano. Creía que estaban locos ya que era la primera vez que me dejaban sola tanto tiempo sin su supervisión. Yo tampoco tenía muchas ganas de ir. Era un verano en un pueblo que ni conocía, cerca de Dublín, pero pensar que podría estar tres meses sin la supervisión de mis padres me daba más razones para irme. 
Llegué al avión muy nerviosa, porque me dan un miedo terrible los aviones, podría morirme en ese viaje, por algún fallo técnico o algo parecido. Me aguante los miedos y subí al avión. Me despedí de mis padres, y me embarqué en este viaje. Fue un viaje muy tranquilo, con algunas turbulencias. Estaba sentada al lado de una chica, de aspecto un poco raro, de unos 18 años, muy amable, por cierto. Me habló de donde iba a ir ella, justamente también iba de intercambio a Irlanda, pero a otro pueblo. Cuando por fin llegamos me despedí de ella y mi familia me recibió rápidamente. 
Tenían dos hijas, una de 8 años y otra de 13. Me llevaba mejor con la mayor, por la edad. Podríamos decir que era una familia normal, no detectaba nada anómalo en ellos. Lo que me sorprendió mucho es que les entendía perfectamente, por lo menos en el viaje para el pueblo. Me dijeron que estaban muy alegres de recibirme y que nos lo íbamos a pasar muy bien. Llegamos al pueblo, pequeño pero bonito. Su casa era muy humilde, cuatro habitaciones y dos baños. Tenía un jardín bastante grande, con un perro muy mono. Llegué a mi habitación, en la segunda planta, y deshice las maletas. Eran las 6 de la tarde, hora de cenar en Irlanda, no tenía mucha hambre, pero me fui acostumbrando. Me pusieron su comida típica, pescado con patatas fritas. Estaba muy bueno. Después de cenar vimos la televisión un rato pero nos tuvimos que ir a la cama pronto. Había que madrugar al día siguiente, ya que me iban a hacer un tour por Irlanda. 
Me despertaron a las 8 de la mañana, no me apetecía nada levantarme, pero para no causar mala sensación me levanté rápidamente y bajé a desayunar. Me prepararon unos huevos revueltos, tostadas, leche, cereales, galletas, zumo de naranja y un plato de alubias. Estaba acostumbrada a tomar solo leche con cereales, así que dejé las alubias.
 Cogimos el coche y a mitad del camino, yo estaba reventada, por la comida y por el viaje, así que no me quedó más remedio que echarlo todo, vomité. Paramos en una gasolinera, cerca de donde estábamos, y pudimos limpiar todo el desastre que armé. Descansé un poco y cuando ya me encontré mejor volvimos al coche. Fuimos a Dublín, visitamos la catedral de San Patricio, el parque Fénix, muchos museos que había por el entorno, y lo más divertido fue ir al parque acuático. 
Tuvimos que comer en restaurantes de comida rápida pero fue un día alucinante. Llegamos a casa a las 5:30 de la tarde. Listos para darnos un baño y cenar. Durante esos meses aprendí mucho sobre los irlandeses y sus costumbres, y lo que es más importante, aprendí mucho inglés.    
Elsa Hervás Francia

lunes, 1 de mayo de 2017

Cuentos del faro: El hotel maldito

-Me llamo Andrea, tengo 12 años y vivo en Palencia. Voy a contar lo que me ocurrió en una excursión del colegio. Íbamos a pasar una semana en Colorado (USA) cerca de las montañas rocosas en el hotel Stanley. Solo pudimos ir 4 niñas y 4 niños. Cuando llegamos nos dieron el número de la habitación, a las niñas nos dieron el número de habitación 217 y a los niños 201. Mis compañeras eran: Lorena, Elena, Eva y yo.
Cuando entramos en la habitación dejamos nuestras cosas en la cama y bajamos a cenar.
-¿Andrea que te parece este hotel?
–A mí me gusta mucho Lorena, pero me he informado de este hotel y se dice que habitan espíritus.
- Eso son bobadas Andrea.
- Hay una habitación que está cerrada.
-¿Cuál es? - Elena la habitación es la 418.
-¿Y porque la cerraron?
-Te voy a contar la historia de la habitación.
-Vale.
- Antes esa habitación la podía usar cualquiera, pero una vez, una persona decidió entrar a la habitación y había como una mano que al entrar te echaba y no solo eso, cuando esa persona consiguió entrar las cosas se movían solas, aparecían sombras, espíritus etc.
-¡Qué miedo!
- Por suerte la cerraron si no nos podría haber tocado.
-Y menos mal que no nos ha tocado la cuarta planta.
-¿Porque?
-Lorena, dicen que en esa planta se han podido llegar a observar a un espíritu de un niño y a un espíritu de una niña de pelo rubio jugando a la pelota.
-A la cama todo el mundo se ha acabado la cena.
- ¡Tengo una idea!
-¿Cuál?
-Primero subamos y luego os la cuento.
-Lorena, Elena, Eva vamos adentro.
-Haceos las dormidas… Al cabo de 3 horas.
-¡Nos hemos quedado dormidas! Elena, Eva, Lorena ¡despertad!
-Andrea date la vuelta, se acaba de encender la televisión.
-No me tomes el pelo la has encendido tú.
-De verdad que no. Vale, vamos a ir a la habitación 418
-Si esa habitación está cerrada.
- No importa enciende la luz Lorena.
-Vale.
-¡Ya está! .Cuando Lorena se fue con las demás la luz se apagó.
-¿Pero qué haces encendiendo y apagando la luz?
- Se acaba de apagar ella sola.
- Bueno, vamos a la habitación 418, ¿tenéis ya una horquilla de pelo?
- sí, yo tengo.
-Ya hemos llegado, Andrea yo no quiero abrir, toma la horquilla.
- ¡De acuerdo! Cuando abrí la puerta empezó a sonar un piano que procedía del final del pasillo.
-¿Habrá alguna actuación?
-Imposible, son las 4:00 de la mañana vamos a acercarnos.
- Andrea aquí no hay nada.
- Andrea he visto una luz subiendo las escaleras.
-Pero qué dices, se nota que estás cansada
- Bueno vamos a la habitación 418 y a ver lo que hay.
- De repente salen dos fantasmas de unas niñas -Andrea, Lorena ,Eva ¿habéis visto lo mismo que yo? Todas dijimos que sí y fuimos corriendo hacia las habitaciones de los profesores. Después de contarles todo lo sucedido decidieron que al día siguiente volvíamos a casa.
Andrea González Flores

Cuentos del faro: Aventura de piratas

Toda empieza en Girona, Tossa de Mar, un pequeño pueblo de la costa brava. El pueblo tiene un castillo con vistas al mar y visitas guiadas. En el mar puedes hacer un motón de cosas, es un pueblo donde se puede pescar, hay marisco fresco y tiene unos helados muy parecidos a los italianos, pero no con el mismo sabor. El pueblo tiene 3 playas diferentes, en una de esas playas hay un centro de actividades acuáticas. Puedes hacer ski acuático, buceo… 
Yo escogí hacer buceo. Una vez que llegas a la playa te dan las bombonas y el equipo necesario, te ayudan a ponértelo. Antes de todo te explican cómo bucear, una vez que ya estés listo entras al agua por la orilla poco a poco. En el agua cristalina te pones las aletas y empiezas a bucear, empiezas a ver peces de todo tipo de colores y especies, langostas incluso pulpos escondidos en las rocas para protegerse. Pero entonces a mí me reflejo la luz del sol en algo y no veía nada. Intente bajar a ver que era y era un medallón.
Le pregunte a mi profesor de buceo que de dónde provenía y me dijo que seguramente de la era de los piratas. En el medallón había una fecha y un símbolo.
La fecha que ponía era 78ac, en el siglo VIII y el símbolo una calavera con dos espadas clavadas. Fui preguntando por todo el pueblo a ver si conseguía que alguien tuviera algo de conocimiento, entre en un bar que era una imitación de las tabernas piratas y tenías que ir disfrazado de pirata. Todo era lo mismo mesas redondas vasos de metal, pañuelos en la cabeza incluso loros de verdad.
Pregunte a un hombre muy sospechoso que estaba en un rincón, y me dijo algo de que en esa fecha Julio Cesar atacó a los piratas de Cilicia actual Turquía. Estos piratas atacaron por muchos años el Mediterráneo. En la contienda murieron cerca de 10.000 piratas y unos 20.000 de ellos fueron capturados.
Entonces tuve que tomar un vuelo a Turquía, y buscar a algún buceador que siga a los piratas y buceando en un barco hundido encontró esto. Tardé días hasta que encontré una asociación de buceadores que solo bucean para eso. Pregunté si era de alguien y al parecer era del jefe, y yo dije ¡Genial! Y ¿Dónde está? Me contestaron que estaba en Tossa de Mar buscando el medallón perdido, que al parecer era de sus ancestros. Entonces quedamos en la playa dónde yo lo había encontrado.
Y me ofreció que cada verano me fuera a Turquía a bucear con ellos con todos los gastos pagados.
El medallón al parecer fue de uno de los piratas más importantes del mundo “Jack Sparrow”.
Mario González