Érase una vez 5 chavales Jorge, Alex, Carru, Matei y Omar. Esos chavales estaban un día en la nieve, más concretamente en los Himalayas. Bueno y os preguntaréis qué hacíamos allí a y si soy uno de los chavales Jorge. Bueno pues allí estábamos, en una excursión del colegio y si esta vez los Maristas no racanearon con el precio, y nos dieron un gran excursión que nos habíamos merecido. Haber, precisamente el hotel no es que fuera la caña sino que más bien era normalito o malo, también Carru se intentó llevar un cabra al hotel y la tuvo allí varios días, pero lo que no se puede no se puede y hubo que soltarla al campo. Bueno pues el primer día cogimos el avión que fue una tortura porque había el típico niño que da patadas al asiento y sino es porque me sujetaron le soltaba tal galleta que lo dejaba pegado a la pared. Después del infierno volador llegamos a Nepal, y después unos taxis nos recogieron en la puerta del aeropuerto dispuestos a llevarnos al hotel. La travesía fue una hora de horrores baches, trafico, un montón de ganado pasando por delante, muchas partidas al Clash Royale y muchos datos que volaron como pájaros. Al llegar al hotel había un vagabundo al que le faltaban tres dientes y estaba buscando en la basura del hotel y ahí es cuando me di cuenta de que sí que había racaneado el precio del viaje. Pero para lo que yo y mis amigos íbamos a estar dentro daba igual. Ese día comimos un poco de arroz, una coca cola y fruta, eso era lo que había en el menú pero menos mal que me había traído dinero y me compre un pastelillo para compensar y ese día hicimos poco más que eso que era beber, jugar al móvil y tirar a dar a una diana con unas botellas de cristal. Al día siguiente conocimos la capital de Nepal, que es Kathmandu, ese día lo que hicimos fue primero buscar alcohol, después escuchar música de Nepal directamente de los nepalíes, después fumamos cigarros de allí y comimos un Dhal Bhaat lo mismo que unas lentejas con arroz y muchas verduras y carnes de muchos tipos. Justo después de eso cogimos un taxi hasta una ciudad lejana, que nos ofrecía un gran lago en el que nos bañamos de noche y desnudos. Al día siguiente fuimos a un parque nacional en el que montamos elefantes y estuvimos viendo flora y fauna todo el día, pero también hubo momentos graciosos como que Carru casi se pincha un tranquilizante o que un tigre casi me come o que también nos pusimos pedo. Y llegó el día más esperado el día de ir a los Himalayas, y nosotros que íbamos un poco pedo y fumados se nos ocurrió la brillante idea de buscar al yeti. Nos tiramos un largo rato en el que por lo menos cuatro veces cada uno se cae rodando por la montaña, hasta que divisamos una cueva a lo lejos y fuimos tan listos que entramos. Imagínate de portada 5 borrachos son mutilados por un oso en una cueva, pero eso no paso, sino que nos encontramos al verdadero Yeti que nos invitó a tomar el té. Cosa que nosotros aceptamos inmediatamente, y bueno pues estuvimos un buen rato hablando con el yeti y de repente, nos despertamos en un hospital y nos dicen que íbamos tan borrachos y fumados que habíamos alucinado con el Yeti, y que si no llega a ser porque un guía nos encontró nos hubiéramos quedado allí congelados.
Jorge Rey
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